Paz Monzón |
Estuve sola en un sueño, al borde de la senda…, a un lado.
Quise, gritar muy fuerte desde la sombra y cada vez que lo intentaba…, me ahogaba.
Quise, poner un grano de esperanza y abrir las mentes, los caminos, quitar rastrojos, quitar murallas.
Era como luchar contra un gigante o contra un sordo… la cosa era luchar, siempre la lucha, la incertidumbre, saber si estás sola o acompañada.
Sorprende, saber que hay pensantes, que hay personas maravillosas en este lado.
Dicen que “para atrás ni para coger impulso”, pero yo añado, según para que cosas. Si olvidamos de dónde somos, a que venimos, lo que aprendimos, lo que enseñamos, a dónde vamos, lo qué decimos, lo qué logramos, a quién herimos, porqué luchamos,… Si olvidamos la esencia de la CULTURA, ¿qué nos queda?
En la lucha está la fuerza. En la palabra, la espada; en un poema la cuna que nos convierte en humanos. Volvamos a las raíces una y otra vez si es necesario, para no olvidar nunca que la Cultura es el alma, que une a las criaturas por donde quiera que vayan.
La Cultura es saber elegir sin ataduras, es tenderle la mano a quien se pierde en la duda. Es unir nuestras voces, aprender a tener claro lo que mejor nos conviene y no dejar que sean otros los que se impongan a nada. Es respeto y osadía, es arte, literatura, es poema y estandarte de un pueblo conocedor de toda su larga marcha. Por ello no permitimos que se nos tengan sujetos a quiénes desde sus tronos pretenden dejarnos ciegos. Un pueblo con su cultura abraza a otros pueblos, les enseña sus saberes y además aprenden de ellos.
Sigamos siendo Cultura, aprendiendo cada día, cultivando la esperanza. No dejemos que nos tomen por ignorantes o vagos. No perdamos ese tiempo en trifurcas tan banales ni siquiera hagamos hueco a los pequeños personajes, que solo utilizan esto para hacerse un estandarte cuando ser útil en la vida es tener las cosas claras, unidos… siempre adelante. Miremos a nuestros mayores como símbolo de avance. Miremos a nuestros niños como futuro encomiable. Caminemos junto al joven que nos transmite coraje y hagamos de la Cultura nuestra voz, nuestros ojos, y como dijo el poeta “Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado”.
Paz Monzón ©